sábado, 19 de septiembre de 2015

¿Qué fue de ellos?

Hoy comparto con vosotros un nuevo relato. En este ocasión no es mío, sino de un lector que ha preferido permanecer en el anonimato. Nos regala estas palabras:

"Un día la vida se puso caprichosa. 
¿O quizás fue el destino? 
Hizo que las líneas se se cruzaran.
 ¡Explosión de color! 
Tiempo, más tiempo...
....llámalo magia. 
Amistad forjada a base de confianza.
 Momentos..
Volaban en libertad o al menos eso creían.
Eran presos de sus secretos.
Dueños de sus silencios.
Las palabras alivian o hieren.
El corazón jugó una mala pasada.
Reorganizando este caos...
La fuerza de una amistad verdadera,
¿podrá recomponer un espejo roto en mil pedazos?"

Sin duda la pregunta final, podría abrir un intenso debate. Metafóricamente hablando, os propongo mi opinión sobre ello.

Aquel día ella metió su mano, en el bolsillo del vaquero. Sacando su cajetilla de tabaco, y un misterioso cigarro entre sus dedos. Aspiró y exhalo el humo, disfrutando de ese nuevo aroma a nuevo. Sintiendo como a su lado, todo color parecía eterno.  La música afinando sus sentidos, las miradas dibujando con sentido y ese ritmo, ¡ay ese ritmo!  Marcaba el inicio de una larga historia,una historia y dos destinos. Sus cuerdas rasgando al unísono, años después contaban, como algo tan bello y extraordinario, no pudo haber sido.

Su música hoy se cuela, por los rincones de la memoria. Y un día, sin más, tienen como inquilinos, aquellos viejos recuerdos.  El sonido de una ajada maleta, que creían no volver a abrir ni en sueños. Pero despiertan en la noche, creyendo escuchar esa canción de nuevo. Aquel humo escapando de esos labios entreabiertos, y de nuevo aquellos ojos completamente despiertos...es alucinante, sí, todos los creemos. 

Demasiadas historias que nunca terminan, porque han dejado la luz apagada. Y a oscuras, todo es posible. Que si no ves, al menos sientes. Que así si te caes, nunca es culpa tuya. ¿Y hablando de culpas? ¿Quién la tendría? Probablemente ambos. Uno que nunca decía lo que pensaba y otra que nunca pensaba lo que decía.

Pero amigos,¿ acaso nos olvidamos de que hay tantos errores como estrellas tiene el cielo? Error, ese nombre tan sofisticado que damos a  esa amistad, esa pasión, a ese amor...fracasado. Probablemente nadie les dijo ,que la mejor receta para que algo no funcione, es no querer intentarlo. ¿Lo más probable? Tropezaron una y otra vez, y así fue como se hicieron daño. Y después se refugiaron en: "es que todos nos cansamos". Y así, aunque duela. Cogieron las maletas, y adiós muy buenas. Ni cinco minutos hacen falta, para guardar una vida entera. Y nos engañamos con salir por la gran puerta , a cuestas con una decisión que ni siquiera queremos y para colmo lo que pesa la maleta.

Conclusión, ¡Houston tenemos un problema!Por el bien del universo, vamos a  estar un poco más atentos a las señales y menos al orgullo y sus inventos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario